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LA CUESTIÓN RESIDENCIAL

BASES PARA UNA SOCIOLOGÍA DEL HABITAR

 Luis Cortés Alcalá

 

“(...) El problema del alojamiento forma parte inseparable de la evolución humana. Desde sus comienzos la búsqueda de un refugio en el que protegerse se intentó resolver adecuando los medios técnicos que se poseían y los medios ecológicos y ambientales en los que transcurría su vida cotidiana. La evolución humana ha ido introduciendo de forma progresiva niveles de complejidad social que imponen respuestas múltiples, con niveles técnicos cada vez más sofisticados. En el transcurrir del tiempo humano, el hombre va dotando al hecho residencial de valores que superan la fase del habitar como un simple problema de refugio. La vivienda se va convirtiendo paulatinamente en un espacio y objeto material en el que se desarrollan numerosas actividades, lo que obliga a revestirla, tanto interna como externamente, de objetos y valores que son indicadores de su funciones en la sociedad actual." (pág. 23)

 

 

“(...) en la vivienda nada es superfluo, todo tiene valor al expresar una realidad interna que se transmite a través de distintos símbolos que indica la relación de sus habitantes con su mundo exterior.

Se podría entender la 'cultura de la vivienda' como el conjunto de significados y símbolos compartidos, a través de los cuales se interpreta y vive, situando al individuo y al grupo social en esa realidad espacial. También formaría parte de esta 'cultura' el conjunto de costumbres y rituales que se desarrollan en su seno y constituyen una parte fundamental de la vida de los sujetos.

(...) El espacio no es neutral, sino que es fruto de la estructura social, de sus contradicciones y conflictos. Además, el espacio nos es ni homogéneo ni unitario. El espacio está segmentado y es desigual, por lo que los grupos sociales luchan en su seno por situarse en los lugares que le otorga más beneficios.

(...)

 

 

" (pág. 44-45)

 

 

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